Abstract: Cuando la prensa internacional registra que después de cuatro años de negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla más longeva de América Latina, una apretada mayoría de ciudadanos (50,22% vs 49,77%) rechazó en las urnas lo acordado que días antes había sido ratificado en La Habana, en la ONU y en Cartagena de Indias, es lógico pensar que el realismo mágico de Gabriel García Márquez sigue siendo la mejor forma de describir lo que sucede frecuentemente en Colombia.
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