Abstract: El articulo describe Hijo de ladron (1951) de Manuel Rojas como una novela de mejoramiento en la que un individuo aislado, Aniceto Hevia, logra vincularse con una comunidad de semejantes. Ese vinculo se caracteriza como esencialmente masculino, creado y no natural, basado en el trabajo y la resistencia a la adversidad. A partir de su contexto de produccion y de su contexto de lectura, asimismo, proponemos que puede leerse como una alegoria nacional para el medio siglo chileno. Luego se estudia la cuestion de la mirada como experiencia afectiva fundante de esa comunidad. Ella ofrece una instancia fundamental de reconocimiento entre los miembros de la comunidad imaginada, que seria previa a su articulacion politica. Finalmente, se discuten brevemente ambos aspectos a la luz de la obra de Rojas y de otras formaciones alegoricas.
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