Abstract: Resumen: Cualquier tecnología disruptiva es susceptible de ser aplicada en el ámbito de la defensa, aunque su utilización puede desencadenar complejos dilemas éticos y problemas legales. Este fue en su día el paradigmático caso del armamento nuclear o el de los francotiradores, de la misma forma en que hoy en día ocurre con los sistemas de armas basados en la inteligencia artificial1 (IA) y la robótica. Sucede en aplicaciones más conocidas y controvertidas como las armas letales autónomas (LAWS, por sus siglas en inglés), pero también en otros usos potencialmente perniciosos de la inteligencia artificial. La aplicación de estas tecnologías con fines militares es una realidad en el presente. Su uso, lejos de reducirse, seguirá aumentando conforme futuros adelantos permitan una mayor autonomía, economía de medios, ventaja sobre el oponente o salvaguarda de vidas y bienes propios
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