Abstract: En la historia de la medicina se han realizado diversos esfuerzos por comprender la relación mente-cuerpo. En este proceso de descubrimiento de la enfermedad mental han estado vinculadas las enfermedades infecciosas. Por ejemplo, a finales del siglo XIX, médicos de hospitales psiquiátricos divulgaron que algunos pacientes mejoraron de sus síntomas psiquiátricos después de haber padecido una enfermedad febril como neumonía, erisipela o fiebre tifoidea. Finalizando la década de 1889, Julius Wagner-Jauregg se intrigó con estas publicaciones y comenzó a administrar a sus pacientes inyecciones de diversas sustancias y evaluó su evolución clínica. Entre ellas probó la aplicación de tuberculina, estreptococo de la erisipela y finalmente, el Plasmodium de malaria (Bynum, 2010).
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