Abstract: Este trabajo examina los conflictos en torno a la Plaça d’Idrissa Diallo en Barcelona, destacada por la retirada del monumento al esclavista Antonio López en 2018. A partir de datos etnográficos, se analizan los discursos oficiales, provenientes de instituciones públicas, museos y políticas de memoria, así como también las contranarrativas de colectivos antirracistas, migrantes y racializados, que desafían la visión hegemónica del patrimonio. El cambio de nombre de la plaza en 2022 y los debates públicos reflejan un intento de crítica a la historia esclavista, aunque persisten narrativas eurocéntricas que perpetúan imaginarios coloniales. Los movimientos antirracistas exponen la historia colonial que las políticas de memoria olvidan explicar, visibilizando además sus legados en el presente. Las disonancias de un patrimonio incómodo exponen las limitaciones de las políticas institucionales de memoria, y desafían a las instituciones al cambio estructural. Se concluye que la descolonización del espacio público requiere transformar prácticas simbólicas y materiales y redistribuir el poder en la construcción de memorias colectivas.
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