Abstract: El ensayo Mi cuerpo es un territorio político (2012) de Gómez Grijalva analiza el cuerpo como un espacio influido por la historia y las ideologías dominantes. Este enfoque se aplica a la vida de la escritora Agustina González López, quien vivió en un contexto de represión social y política, destacando tres momentos clave: su infancia, juventud y muerte. En su obra autobiográfica Justificación (1928), González López narra cómo, a los catorce años, se disfrazó de hombre, desafiando las normas sociales y siendo estigmatizada como loca. Este acto de transgresión marcó el inicio de su constante enfrentamiento con las expectativas de la sociedad patriarcal. Durante su juventud, se enfrentó a la desaprobación pública al participar en un combate de lucha greco-romana, desafiando una vez más los roles de género impuestos. Este acto de rebeldía contra los estereotipos de feminidad convencionales evidenció su voluntad de romper con las estructuras tradicionales que limitan la autonomía femenina. Su trágico final llegó durante la Guerra Civil española, cuando fue fusilada en el barranco de Víznar, víctima de la represión por su activismo político y su autonomía. El hallazgo de su cuerpo en una fosa común en 2022 reafirmó la dimensión político-histórica de su vida y su muerte. El artículo concluye que la vida de González López, marcada por la violencia patriarcal y su resistencia, ilustra cómo el cuerpo es un ente político, socialmente construido y sometido a las ideologías dominantes. Su historia refleja las opresiones de su tiempo, subrayando cómo las experiencias corporales están condicionadas por estructuras de poder. Su valentía y determinación desafían las normativas sociales, ofreciendo una reflexión profunda sobre el cuerpo como herramienta de lucha y transformación política.
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