Abstract: In a globalized and constantly changing world, students must acquire skills that exceed the limits of strictly academic learning; That is, students must develop social-emotional skills such as empathy, emotional self-regulation, and critical thinking. These skills are essential for life in an increasingly interconnected, challenging and competitive society, where success is not only based on one's academic performance, but also on the ability to collaborate, face problems and manage one's emotions. In this sense, critical and reflective reading emerges as a fundamental tool to acquire cognitive and socio-emotional skills. Through critical reading, not only are students' ability to analyze and interpret texts promoted, but also communication and empathy skills, which together contribute to better academic performance and personal well-being. At the international level, UNESCO has recognized the importance of critical reading as an instrument to achieve its Sustainable Development Goals, particularly those related to making education inclusive and reducing inequalities. In Latin America, programs such as “Read to Grow” in Ecuador have proven effective in promoting critical analysis among students and will help link texts to their personal lives and develop resilience. However, in Ecuador, the application of this approach in learning classrooms faces several challenges, which are more noticeable in vulnerable academic environments. At the “Lorenzo Luzuriaga” Public School, problems ranging from a lack of genuine interest in reading, little help at home, and low reading comprehension have prevented students from acquiring critical skills. To solve the challenges, the school can apply an interdisciplinary approach that links family, school, and community to address complex academic concepts to social problems. This research work aims to establish the impact of critical reading on the development of socio-emotional skills in a seventh-year basic education student and thus
En un mundo globalizado y en constante transformación, los estudiantes deben adquirir competencias que superan los límites del aprendizaje estrictamente académico; es decir, los estudiantes deben desarrollar habilidades. Esas competencias son esenciales para la vida en una sociedad cada vez más interconectada, desafiante y competitiva, donde el éxito no solo se basa en el rendimiento académico propio, sino también en la capacidad para colaborar, enfrentar problemas y sus emociones. En este sentido, la lectura crítica y reflexiva surge como una herramienta fundamental para adquirir competencias cognitivas y socioemocionales. A través de la lectura crítica, no solo se promueve la capacidad de los estudiantes de analizar e interpretar textos, sino también habilidades de comunicación y empatía, que en su conjunto contribuyen a un mejor desempeño académico y al bienestar personal. A nivel internacional, la UNESCO ha reconocido la importancia de la lectura crítica como un instrumento para alcanzar sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular aquel relacionado con hacer la educación inclusiva y la reducción de las desigualdades. En América Latina, programas como “Leer para Crecer” en Ecuador han demostrado ser eficaces para la promoción del análisis crítico entre los estudiantes y ayudarán a vincular los textos con sus vidas personales y desarrollar resiliencia. En la Escuela Fiscal “Lorenzo Luzuriaga”, problemas que van desde la falta de un interés genuino en la lectura, poca ayuda en casa y baja comprensión lectora han impedido que los estudiantes adquieran competencias críticas. Para resolver los desafíos, la escuela puede aplicar un enfoque interdisciplinario que vincule a la familia, la escuela y la comunidad para abordar conceptos académicos complejos a problemas sociales. Este trabajo de investigación tiene por objeto establecer el impacto de la lectura crítica en el desarrollo de habilidades socioemocionales y así proponer el uso de unidades didácticas que
No Comments.